Con la llegada de la primavera, el Parque Nacional de Doñana alcanza su momento de mayor esplendor. Este enclave natural, situado entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, se transforma en un paraíso de vida y color. Las marismas, lagunas, bosques y matorrales se llenan de actividad, convirtiendo cada rincón del parque en una escena digna de admiración. En esta época, visitar Doñana es sumergirse en un festival de biodiversidad y belleza.
Marismas y lagunas: hogar de miles de aves acuáticas
Las marismas y lagunas son un hervidero de vida. Durante la primavera, las lluvias caídas en los meses anteriores desempeñan un papel crucial. Si el invierno ha sido generoso en precipitaciones, las marismas y lagunas de Doñana se presentan inundadas, creando el hábitat perfecto para miles de aves acuáticas. Esta abundancia de agua es vital para la nidificación y cría de numerosas especies.
Entre las aves más emblemáticas que se reproducen en esta época encontramos a la garza imperial, el somormujo lavanco, la cigüeñuela común, el avetoro, la focha moruna y el calamón común. También destacan especies como el pato colorado, el ánade real o la canastera común, que encuentran en este humedal un lugar seguro para criar a sus polluelos. Es un periodo crucial para estas aves, y cualquier alteración en el régimen de lluvias puede tener efectos significativos en sus éxitos reproductivos.
Estallido de color: la floración en los ecosistemas terrestres
La floración en los ecosistemas terrestres tampoco se queda atrás. Los bosques de pino piñonero, los alcornocales y los extensos matorrales mediterráneos exhiben una de las floraciones más espectaculares del año.
Es en primavera cuando el monte bajo se tiñe de los vivos colores del jaguarzo, el romero en flor, la lavanda y la retama. Las jaras, por su parte, cubren grandes extensiones con sus flores blancas de cinco pétalos, mientras que los lirios silvestres y las orquídeas autóctonas aparecen como joyas escondidas entre el verdor. Esta explosiva floración no solo decora el paisaje, sino que provee alimento y refugio a insectos, reptiles, aves y mamíferos.
Mamíferos en primavera: un tiempo para la cría
La bonanza primaveral también se traduce en una mayor disponibilidad de recursos para los mamíferos de Doñana. Con la llegada de las temperaturas suaves y la abundancia de alimento, muchas especies aprovechan para reproducirse.
Es común en esta época observar a las ciervas con sus crías recién nacidas, o a los jabalíes desplazándose en piaras junto a sus rayones. Incluso con algo de suerte, se puede avistar al lince ibérico, joya de la fauna ibérica, patrullando su territorio o cuidando de sus cachorros. La primavera representa un periodo de gran actividad para los mamíferos, en el que la naturaleza se despliega con toda su intensidad.
Vive Doñana en primavera con Doñana Reservas
Recorrer el Parque Nacional junto a Doñana Reservas en primavera es vivir una experiencia única. Nuestros vehículos todoterreno permiten adentrarse en los rincones más bellos y menos accesibles del parque, desde las marismas repletas de aves hasta los bosques en flor.
Durante nuestras visitas guiadas, nuestros expertos guías interpretan cada paisaje y cada avistamiento, ayudando a nuestros visitantes a comprender la complejidad ecológica de Doñana y a disfrutar al máximo de la biodiversidad que ofrece.
La combinación de la belleza paisajística, el esplendor natural de la primavera y la riqueza faunística convierte a esta estación en el mejor momento del año para conocer el parque.
Una escapada inolvidable
Si estás pensando en una escapada primaveral que combine naturaleza, aventura y conocimiento, no lo dudes: visita el Parque Nacional de Doñana. Nuestra empresa garantiza una experiencia de máxima calidad, respeto al entorno y disfrute asegurado.
La primavera en Doñana no es solo una estación: es un espectáculo de la naturaleza que merece ser vivido en primera persona. Te esperamos para descubrirlo juntos.
Autor de fotografías: Jerónimo Caro Rodríguez