Doñana, un santuario para la cría y reproducción de aves acuáticas

El Parque Nacional de Doñana, situado en el suroeste de Andalucía, es mucho más que un impresionante paisaje de marismas, dunas y cotos. Es uno de los espacios naturales más importantes de Europa para la conservación de la biodiversidad, y especialmente para la cría y reproducción de aves acuáticas. Cada año, miles de aves encuentran en sus marismas el entorno ideal para reproducirse, convirtiendo a Doñana en un auténtico santuario ornitológico reconocido a nivel internacional.

Un ecosistema único para la vida acuática

Las marismas de Doñana son un humedal estacional que depende de las lluvias invernales y el ciclo hidrológico del río Guadalquivir. Esta zona inundable, que en primavera se transforma en un vasto espejo de agua salpicado de vegetación, ofrece refugio, alimento y tranquilidad a infinidad de especies de aves acuáticas en una etapa crucial de su vida: la reproducción.

El clima templado, la riqueza trófica del agua, la diversidad de hábitats (lagunas, caños, juncales, pastizales inundados) y la escasa presencia de depredadores hacen de Doñana un lugar excepcional para la nidificación. Además, la amplitud del espacio permite la coexistencia de un gran número de parejas reproductoras sin conflictos territoriales graves, lo que favorece la supervivencia de las crías.

Especies emblemáticas que crían en Doñana

Durante nuestras rutas en todoterreno por la zona norte del Parque Nacional de Doñana, es habitual observar muchas de las especies más representativas que eligen este enclave para criar. Entre ellas, destacan:

1. La espátula común (Platalea leucorodia)

Con su silueta inconfundible y su pico en forma de espátula, esta elegante ave blanca cría en colonias sobre vegetación palustre o islas fangosas. Doñana alberga una de las mayores poblaciones reproductoras de espátulas de Europa, con varios cientos de parejas cada primavera. Observar su comportamiento en grupo mientras se alimentan en las aguas someras es uno de los espectáculos más memorables de nuestras excursiones.

2. El calamón común (Porphyrio porphyrio)

Esta especie de vivos colores azulados y pico rojo es otra de las joyas de la marisma. Aunque más esquivo que otras aves, es frecuente avistarlo en los carrizales y zonas inundadas durante nuestras rutas. Cría entre la vegetación densa, donde construye nidos flotantes sobre las aguas tranquilas.

Doñana, un santuario para la cría y reproducción de aves acuáticas - Doñana Reservas

3. El somormujo lavanco (Podiceps cristatus)

Esta ave buceadora, famosa por su cortejo ritual tan peculiar, encuentra en las lagunas permanentes del parque un lugar idóneo para reproducirse. Construyen sus nidos flotantes entre la vegetación acuática, y es habitual ver a los adultos con sus polluelos sobre el lomo mientras nadan.

Doñana, un santuario para la cría y reproducción de aves acuáticas - Doñana Reservas

4. La cigüeñuela común (Himantopus himantopus)

Con sus largas patas rosas y su vuelo elegante, la cigüeñuela es una de las aves más características de los humedales poco profundos. Cría en pequeños grupos sobre suelos húmedos o ligeramente encharcados, y su presencia es muy frecuente en primavera en nuestras rutas por la marisma.

5. La garza imperial (Ardea purpurea)

Aunque más discreta que su prima la garza real, la garza imperial es un visitante habitual de los carrizales de Doñana en época reproductora. Su plumaje elegante y sus movimientos sigilosos la convierten en una especie muy apreciada por los observadores de aves.

Doñana, un santuario para la cría y reproducción de aves acuáticas - Doñana Reservas

Estas son solo algunas de las más de 120 especies de aves que han sido registradas nidificando en Doñana. Flamencos, ánades reales, zampullines, fochas, chorlitejos y aguiluchos laguneros completan una diversidad difícil de igualar en otro lugar de Europa.

Reconocimientos internacionales

La importancia de Doñana como zona de cría de aves acuáticas ha sido reconocida ampliamente a nivel internacional. De hecho, este factor ha sido determinante en la concesión de diversos títulos y figuras de protección que avalan su valor ecológico excepcional:

Reserva de la Biosfera (UNESCO) desde 1980, por su papel clave en la conservación de hábitats acuáticos y terrestres y por su extraordinaria biodiversidad.
Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) desde 1994, reconocimiento que resalta su valor universal, tanto ecológico como científico.
Humedal de Importancia Internacional (Convenio Ramsar) desde 1982, en virtud de su papel esencial en la conservación de aves acuáticas migratorias.
Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) dentro de la red Natura 2000 de la Unión Europea, por su relevancia en el contexto europeo para la avifauna.
Estos reconocimientos no solo certifican su valor ecológico, sino que también refuerzan la necesidad de proteger y gestionar cuidadosamente este espacio para garantizar su futuro como refugio de vida silvestre.

Una experiencia única de observación de aves

Para quienes nos dedicamos a mostrar Doñana al mundo, las aves acuáticas no son solo un atractivo más de nuestras rutas: son las protagonistas de una historia natural que se renueva cada primavera. Durante nuestras excursiones en todoterreno, los visitantes tienen la oportunidad de observar de cerca el comportamiento de estas especies en su hábitat natural, guiados por profesionales conocedores del territorio.

Contemplar a las espátulas alimentándose en grupo, ver a una cigüeñuela defendiendo su nido o seguir con los prismáticos el vuelo de una garza imperial entre los carrizos, son experiencias que dejan una huella imborrable. Además, todo esto se hace sin interferir en la vida salvaje, gracias a recorridos responsables y respetuosos con el entorno.

Conservar para el futuro

La conservación de las marismas y hábitats de cría de Doñana es esencial no solo para las aves acuáticas, sino para la biodiversidad global. Las amenazas que afectan a este ecosistema —como la sequía, la sobreexplotación del agua, o la presión agrícola e industrial— deben ser abordadas con firmeza para preservar este paraíso natural.

Doñana no es solo un punto en el mapa: es un nudo crucial en la red migratoria de millones de aves, y un símbolo de lo que la naturaleza puede ofrecer si se protege adecuadamente. En Doñana Reservas, nos sentimos orgullosos de contribuir a su difusión y conservación, acercando a nuestros visitantes a esta maravilla natural con respeto, conocimiento y pasión.

Autor de fotografías: Jerónimo Caro Rodríguez