La saca de las Yeguas en Doñana

Durante el mes de Junio y desde 1504 existe una tradición llamada la “Saca de las Yeguas”. Celebrada todos los 26 de Junio, está tradición ha ido tomando forma hasta ser uno de los acontecimientos histórico culturales más importantes en la comarca de Doñana, después de la Romería de la Virgen del Rocio, en la que los “ caballos salvajes de Doñana” , la Yegua Marismeña, es trasladada desde sus marismas y zonas de pastoreo hasta el pueblo de Almonte, donde se celebra una feria agroganadera para la compra y venta de esta raza de equino tan singular que habita en nuestro parque.


Esta tradición comenzó por la ordenanza del Duque de Medina Sidonia, gobernante por aquellos entonces de los parajes que conforman lo que actualmente conocemos como el Parque Nacional de Doñana.
Salvo la “rapas das bestas “que se celebran en algunos lugares de la Galicia Rural (Cabada Castro, 1992) y actividades con los caballos en Asturias, la Saca de las Yeguas es un evento que atrae a cientos de personas para ver como se realizan el traslado de estos caballos salvajes que habitan en Doñana , movido por los ganaderos o Yegüerizos que van guiando las tropas de esta raza equina tan singular desde el corazón de Doñana hasta la comarca de Almonte. Esta tradición tiene varias fases que os describo a continuación:

La saca de las Yeguas, Doñana

Fotografia 1: Yegua Marismeña y con su potro. Garcilla bueyera al lomo de la yegua. Foto realizada por nuestra guía Blanca Rodriguez Ramírez( 2019)
– La primera fase de la Saca comienza en la Aldea del Rocío, donde los yegüerizos se reúnen antes de emprender el camino hacia las marismas en las vísperas del 26 de Junio, donde las diferentes reuniones de ganaderos establecen su “punto de encuentro” en las diferentes casas donde comienzan los preparativos para la Saca de las Yeguas y donde se reúnen en un ambiente festivo y alegre, entre guisos , un buen vino, risas y cantes, recordándonos un poco al ambiente rociero.

– La segunda fase transcurre el 25 de Junio, los grupos de Yegüerizos ( denominados así debido a la diferencia en número de yeguas con caballos, ya que su jerarquización en forma harén solo necesita de un caballo semental para un gran número de yeguas) y jinetes se dirigen hacia las Marismas cargados con sus enseres y viandas para pernoctar en la marisma, adentrándose en el Parque Nacional por el camino del Puente del Rey para alcanzar la Marisma Gallega o entrando por la Canaliega para acceder a la vera, donde se encontrarán con los caballos salvajes de Doñana.
Durante la noche desmontan sus caballos, descargan sus enseres y montan sus “campamentos” en las vetas y en otros lugares de las llanuras marismeñas. Cuando cae la noche, se reúnen en torno a la candela para soportar la fría humedad de la marisma y poder alumbrar la acampada.

– La tercera fase ocurre con las primeras luces del alba del 26 de Junio, y tras no haber dormido durante la noche, los jinetes y Yegüerizos desmontas su campamento y ensillan de nuevo su s caballos, saliendo a la búsqueda de los caballos salvajes de Doñana, rodeándolos y dirigiéndolos con su chivata ( vara de mediana envergadura) formando así las tropas de caballos que poco a poco van aumentando en número y encaminándose al Norte de la Marisma entre numerosos chapoteos ( si el año ha sido lluvioso y todavía perduran charcos en las marismas ) o entre densas nubes de polvo ( ya que calor ha secado la marisma).

– La cuarta fase comienza en las siguientes horas de la mañana, cuando las tropas de yeguas, potros y caballos alcanzan la aldea del Rocio por sus arenosas calles hasta llegar al Santuario, donde un sacerdote reza una oración y bendice al ganado y los “Yegüerizos”, que retomarán de nuevo su camino hasta llegar al municipio de Almonte, realizando una parada intermedia para que los caballos salvajes de Doñana puedan beber agua.

– La quinta y última fase es la llegada a Almonte, los caballos salvajes de Doñana son agrupados en corrales, donde comenzará una feria agroganadera para su compra y venta.

Imágenes de

Fotografía 1: Yegüerizos entrando por la calle Sanlúcar ( El Rocio, Almonte) . Foto realizada por Matías Acevedo (2015)
La “Yegua Marismeña”: El Caballo Salvaje de Doñana.

Además de la gran biodiversidad de especies animales que habitan en Doñana, podemos encontrar una especie equina que habita de forma salvaje en nuestras marismas de Doñana.
Chapman y Buck describieron la “raza marismeña” a finales del siglo XIX:

“…Los caballos casi salvajes de las Marismas…que sobreviven sin ayuda de nadie todo el año por esas vastas llanuras, huyen como gamos, ante la rara presencia del hombre. Ni el calor del verano, ni el frio ni la humedad del invierno, desalientan a esta recia raza que , en recompensa por su vida libre, regala a sus propietarios un contingente anual de robustos potros. Con gran dificultad, y tras largas y veloces carreras por estos llanos abiertos, los ganaderos separan, rodean y capturan sólo a los potros. Al verse atrapados, se vuelven verdaderamente diablillos tercos y enfurecidos… con su piel peluda desordenada, cubierta de lodo seco, mordiéndose entre sí, peleando y chillando con rabia salvaje-verlos en el corral, recién capturados, es , sin duda, una imagen insólita-. Hay viejas yeguas de la Marisma a las que nunca el hombre ha llegado a ponerles un cabestro”

caballos salvajes de Doñana

Fotografía 2: Saca de las Yeguas. Foto realizada por Matías Acevedo (2015)

Tras la llegada de los colonizadores españoles en América a finales del siglo XV, en el que muchos españoles, y andaluces de la zona emigraron en busca de nuevas tierras donde pastar libremente con su ganado, entre la que se encontraba nuestra raza marismeña. De hecho, se han realizados diversos estudios genéticos, en el que se ha confirmado que los primeros grupos de la raza “mustang” americana son descendientes directos de estos primeros caballos españoles que llegaron a América. El nombre de Mustang, viene derivado de “mesteño”, “ mestenco”, o “mostrenco”, que viene a decir animales sin dueño asilvestrados o salvajes sin dueño conocidos y montaraces ( Worcester, 1986). Con el paso del tiempo, nuevas especies de caballos llevados por las sucesivas oleadas migratorias de colonos europeos, fueron integrándose en esos grupos primitivos de la raza Mustang, enriqueciendo así su diversidad genética. Desde aquellos años hasta la actualidad, han pasado cinco siglos, por lo que ha debido ser muy frecuente los cruces con caballos domésticos que, de una u otra manera, lograban escapar y unirse a las manadas silvestres.

No solo la raza marismeña fue llevada a América, sino el método de traslado y movimiento pastoril de dicha raza, ya que como comentaba antes y citó Butzer (1988:52), cientos de emigrantes salieron de las Marismas en los primeros años de la colonización americana.

“El grupo pionero de la futura cabaña hispanoamericana fue embarcado hacia las Indias Occidentales desde Sevilla, Sánlucar, Cádiz y Palos en un espacio de tiempo muy corto ( 1493-1512); en esos años debieron viajar como mínimo unas 500 cabezas ( Rouse, 1977). Todo indica que , a causa de sus procedencia marismeña, el ganado fue presumiblemente vigilado y atendido a bordo por vaqueros de esa región. Nadie tiene de extraño que la llegada del primer ganado a Santo Domingo corriera a cargo de una docena de pastores, de dudosa honorabilidad, venidos del estuario del Guadalquivir “

Dicha importación de ganado y ganaderos a la Nueva España, se dejó notar claramente, ya que pronto imitarían el modelo de ganadería marismeño y sus costumbres, que fueron adaptándose a las mesetas y pampas americanas, como la conducción del ganado con garrocha (vara de madera), los traslados estacionales, incluso el sistema legal de uso de pastos para los ganaderos , implantándose en aquellas zonas con cierta similitud ecológica ( ya que este ganado tiene una gran capacidad de adaptación a las condiciones climatológicas del trópico). Como citó Terry Jordan (1989:120):

“El sistema ganadero de las Marismas andaluzas representó una singular y viable adaptación a un medio único”

La ganadería de las Marismas del Guadalquivir representa, sin duda alguna, la matriz cultural de las tradiciones ganaderas que encontramos hoy en día en América y que comenzaron desde los primero viajes colombinos. Aunque actualmente se habrán producido cambios y encontramos diferencias entre ellas, muchas traslados ganaderos como los que se dan en Argentina ( el Gaucho), Chile ( el Huaso), Venezuela ( los llaneros), México ( el Charro) y Estados Unidos o Canadá ( con sus Cowboys), comparten cada uno como origen común, herencia marismeña ( Bennett, 1986)

Caballos sueltos en el parque nacional de Doñana

Fotografía 3: Saca de las Yeguas. Fotografía realizada por Matias Acevedo (2018)

Desde nuestra visita a la Zona Norte del Parque Nacional de Doñana, visitamos los ecosistemas de bosque y marisma, donde podréis ver esta raza de caballo salvaje que habita en Doñana y de la que hemos hablado durante todo el post. Si queréis disfrutar de poder ver esta raza equina autóctona, tan característica y con tasta historia, realiza tu reserva con nosotros en el siguiente enlace http://bit.ly/donanareservas o también podéis hacerla por teléfono al 959442474.

¡Saludos Doñaneros!

Bibliografía:

Doñana en la cultura contemporánea. Ed: Organismo Autónomo Parques Nacionales (2006). J.F. Ojeda Rivera, J.C. González Faraco, A. López Ontiveros.

Vease: Chapman y Buck, 1893: 234., Worcester, 1986., Bennett, 1986., Cabada Castro, 1992

Revista especializada Conquistador. The world of Spanish Horse ( Amigo Publications, Solvang, California)

Agradecimientos:

A Matías Acevedo y Blanca Rodriguez, que nos ha cedido estas fantásticas imágenes de la Saca de las Yeguas de 2015.